Título original / en inglés: "Akmareul boattda" / "I Saw The Devil"
Año y país: 2010, Corea del Sur
Género: Thriller / Drama / Terror
Director: Kim Ji-woon
Reparto: Lee Byung-hun,
Choi Min-sik,
Kim In-seo, Oh San-ha, Jeon Kuk-hwan, Chun Ho-jin
El coche de la joven Joo-yun (Oh San-ha) se para en medio de una oscura y solitaria carretera a causa de un pinchazo. La chica no puede continuar el viaje y se ve obligada a permanecer dento del vehículo en espera de una grúa. Cuando el extraño conductor de un autobús escolar se detiene a pocos metros de Joo-yun y se ofrece para ayudarle, ella se niega a salir del automóvil.
Desgraciadamente, la prudencia de Joo-yun no la salva de las manos de un asesino en serie que ejerce de conductor escolar para no levantar sospechas. El despiadado psicópata Kyung-chul (Choi Min-sik) mata brutalmente y descuartiza a su víctima, a pesar de que ésta está embarazada.
Tras encontrar los restos del cuerpo de su hija, el padre de Joo-yun (Jeon Kuk-hwan), el jefe de la policía local, le enseña a su desconsolado yerno, el agente especial Soo-hyun (Lee Byung-hun), la lista de los sospechosos del crimen. Soo-hyun jura vengar la muerte de su mujer y encuentra a todos los sospechosos, torturándolos uno por uno para saber quién es el culpable. De pronto da con el verdadero asesino, a quien promete convertir su vida en un auténtico infierno...
Esta curiosa cinta de venganza contiene todos los componentes importantes de una película de éxito.
Quizás el guion pierde algo de tensión a lo largo de las más de dos horas de película debido a que los creadores recurren a la repetición de ciertas escenas y situaciones. Sin embargo, una buena dosis de acción y creatividad con la que se realizaron múltiples escenas de peleas y persecuciones consiguen mantener al espectador atento a lo que ocurre en la pantalla. Todo esto, como no, está impregnado de un inherente dramatismo, muy propio de las películas asiáticas.
Por otro lado, esta reiteración de los sucesos refuerza el principal mensaje que podemos percibir claramente en las últimas secuencias de la película. El justiciero, que se siente suficientemente fuerte y hábil para enfrentarse al desalmado asesino, busca la manera de hacerle sentir una y otra vez el dolor y el escalofrío por los que este último hizo pasar a sus múltiples víctimas. Quiere a toda costa vengar la muerte de su ser querido y, al mismo tiempo, humillar y finalmente destruir al criminal que en todo momento creía ser sagaz y esquivo.
Al asesino, que representa la maldad en su sumo grado, no lo paran ni las serias amenazas ni el dolor físico que le causa cada nuevo encuentro con el agente especial. Es más, sigue sembrando la muerte en cada rincón donde aparece.
Aunque esta película surcoreana se considera una obra de cine de terror, en mi opinión, no es para tanto. Es más bien un inquietante thriller, cuyas numerosas escenas de tortura realmente impactan y a menudo hacen que el espectador entrecierre los ojos.
La calidad de la fotografía es excelente. Las imágenes, hasta las más macabras, trasmiten una profundidad y belleza que aterroriza y atrae al mismo tiempo. A las escenas de tortura no les falta realismo; es uno de los casos en el que crees en todo lo que ves.
La interpretación es muy buena. Destaca, sobre todo, la convincente actuación de Choi Min-sik que ha sido capaz de plasmar la perturbada personalidad de un asesino en serie.
Nota de "Sofá y Palomitas": 7 / 10
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