Año y país: "Elizabeth" - 1998, Reino Unido
"Elizabeth: La Edad de Oro" - 2007, Reino Unido / Francia / EE.UU. / Alemania
Género: Drama histórico / Biografía
Director: Shekhar Kapur
Reparto: "Elizabeth" - Cate Blanchett, Geoffrey Rush, Christopher Eccleston, Joseph Fiennes, Fanny Ardant, Vincent Cassel
"Elizabeth: La Edad de Oro" - Cate Blanchett, Clive Owen, Geoffrey Rush, Jordi Mollá, Samantha Morton
En el año 1558, con la muerte de María I Tudor, la reina de Inglaterra, conocida también como María la Sanguinaria, su hermanastra Isabel (Elizabeth en inglés) hereda el trono. Antes de morir, María (Kathy Burke), ferviente defensora de la fe católica, intenta impedir a que esto suceda y recluye a Isabel en la Torre de Londres. El intento que emprende María para excluir a Isabel de la linea sucesoria fracasa, por lo que no le queda otra alternativa que insistir en que su hermanastra se convierta al catolicismo para proseguir con su política. No obstante, Isabel, educada por sus tutores en el protestantismo, se resiste.
Recién coronada, la joven e inexperta Isabel (Cate Blanchett) se enfrenta al complot, en el que se ve involucrado Thomas Howard, IV Duque de Norfolk (Christopher Eccleston). El objetivo de la conspiración consiste en eliminar a Isabel para ceder el trono de Inglaterra a la reina María de Guisa de Escocia (Fanny Ardant), apoyada por los católicos.
Por otro lado, los fieles consejeros de Isabel aspiran a que la reina pronto contraiga matrimonio y tenga descendencia para poder asegurar su, por ahora inestable, posición en el poder. Al mismo tiempo, Isabel intenta ocultar su romance con Robert Dudley, Primer Conde de Leicester (Joseph Fiennes), del que, sin embargo, la corte inglesa no tarda en percatarse...
Si la primera de las dos películas está dedicada a los primeros años del reinado de Isabel, la segunda,"Elizabeth: La Edad de Oro", nos sitúa en el año 1585, cuando la Reina Virgen, como ella misma se había proclamado, llevaba ya más de veinticinco años gobernando.
Dudley traiciona a la reina. Este hecho hace que Isabel deje de interesarse por los hombres. Aun así la monarca, que todavía no se ha casado, sigue recibiendo ofertas matrimoniales de distintas casas reales europeas.
Sin embargo, a la reina le llama la atención un tal Walter Raleigh (Clive Owen), un marinero inglés que está de regreso del Nuevo Mundo y que se presenta en la corte con varios regalos de los más exóticos para entregárselos a su noble soberana junto con el oro extraído de los barcos españoles. Isabel rechaza el valioso botín del pirata, sin embargo, empieza a sentir interés por Raleigh, valiente corsario cuyas historias la fascinan. Raleigh, a su vez, se ve atraído por la doncella de Isabel, Bess Throckmorton (Abbie Cornish).
Tampoco cesan las intrigas políticas en la corte inglesa. El rey Felipe II de España (Jordi Mollá), en este momento el país más poderoso del mundo, conspira con María I Estuardo, reina de Escocia y reina consorte de Francia, la hija de María de Guisa, que persigue el objetivo de ocupar el trono inglés.
Al descubrir el complot, Isabel ordena ejecutar a la reina escocesa. El todopoderoso monarca español, que en realidad no apoyaba la candidatura de María I Estuardo (Samantha Morton), aspiraba hacerse él con la corona inglesa para sustituir a la Reina Virgen por su pequeña hija Isabel.
La Armada Invencible española, constituida por el ambicioso Felipe II, se acerca a la costa inglesa para enfrentarse a la indómita Isabel...
Decidí unir estas dos películas en un solo artículo, ya que, a pesar del importante intervalo del tiempo que las separa, forman parte de una saga histórica.
Debo confesar que me atraen tanto este género cinematográfico como las películas sobre esta época en particular. Hay que asumir que muchas veces los hechos, contados por los cineastas, difieren claramente de los que conocemos de los libros de historia. Pero una película es una película, y reconozco que, en cierto sentido, los creadores la pueden "adornar" a su gusto. Siempre y cuando no pasan de la linea roja que separa lo imaginario de lo absurdo, claro.
Hablando de estas dos películas de Shekhar Kapur, en ambos casos se observa la coherencia de la trama. Gran número de los acontecimientos históricos, comprimidos en el tiempo, se presentan ante el espectador en una narrativa fluida y fácil de seguir.
En "Elizabeth", el principal mensaje es bastante claro y consiste en una gran transformación personal que experimenta la protagonista. Pasa de ser una tímida y romántica muchacha, asustada por las intrigas palaciegas, a una mujer hecha y derecha, una perspicaz gobernadora entregada por completo al servicio del pueblo inglés. En cambio, en "Elizabeth: La Edad de Oro" observamos como la Reina Virgen, siendo ya una mujer madura, obsesionada con el poder pero realmente muy oprimida por la soledad, se convierte en un auténtico ídolo para sus súbditos, igual de venerado que inalcanzable.
No quiero profundizar mucho en la verosimilitud de los hechos contados, sobre la cual ya había expresado mi punto de vista. Solo quiero apuntar que el personaje de Felipe II, reconstruido aquí según la tradición anglosajona, raya el ridículo y tacha al monarca español de desequilibrado fanático religioso, que creo que poco tiene que ver con la realidad. Lo mismo sucede no solamente con la personalidad del rey español, sino también con la famosa "derrota" de su Armada Invencible. Los ingleses celebraron una gran victoria que muchos historiadores, con casi total seguridad, atribuyen más a una fuerte tempestad que hundió una parte de la Armada que a la habilidad de los marineros ingleses. La reina Isabel, al contrario del rey Felipe II, es un ejemplo de bondad y honradez. En definitiva, estamos ante una visión histórica un tanto retorcida y muy distinta a la que podemos encontrar en los libros... o hasta en la Wikipedia, vamos.
Ambas películas destacan por la alta calidad de la fotografía y por unos magníficos decorados. Deslumbra el gran trabajo de los maquilladores y los diseñadores del vestuario, que consiguen crear una imagen única y tan característica de la Reina Virgen, que llegamos a conocer por sus retratos de los grandes pintores de la época. Quizás los espléndidos trajes reales en muchas ocasiones eclipsan la propia trama y distraen de lo que sucede en la pantalla, pero siguen siendo un auténtico deleite para los ojos del espectador.
El reparto es muy acertado. Cate Blanchett y Geoffrey Rush, interpretando al principal consejero de la reina Isabel, Francis Walsingham, son como dos titanes que con su magistral actuación sostienen la estructura completa de las dos películas. En cambio, Clive Owen con su papel del pirata Walter Raleigh, un personaje supuestamente muy sanguinario y despiadado, me convence poco.
En cuanto al resto del reparto, me pareció que su potencial artístico se quedó un tanto desaprovechado. La acción se centra en los grandes protagonistas y los demás personajes pasan casi desapercibidos. No obstante, a favor del guionista de "Elizabeth I" y "Elizabeth: The Golden Age", Michael Hirst, habla su otro gran trabajo, la serie televisiva "Los Tudor" (el título original "The Tudors" del 2007), dedicada precisamente a la apasionante vida del padre de Isabel, Enrique VIII, y sus seis consecutivas esposas. En esta producción de gran envergadura, cada personaje es un protagonista, una pieza importante en el caleidoscopio de la vida cortesana.
En resumen, a pesar de todos los inconvenientes, las dos películas merecen la atención del espectador. Podemos darnos el gusto de contemplar a la fantástica Cate Blanchett en todo su esplendor interpretando el papel que le brindó un Óscar.
"Elizabeth" - Nota de "Sofá y Palomitas": 7 / 10
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"Elizabeth: La Edad de Oro" - Nota de "Sofá y Palomitas": 6 / 10
Debo confesar que me atraen tanto este género cinematográfico como las películas sobre esta época en particular. Hay que asumir que muchas veces los hechos, contados por los cineastas, difieren claramente de los que conocemos de los libros de historia. Pero una película es una película, y reconozco que, en cierto sentido, los creadores la pueden "adornar" a su gusto. Siempre y cuando no pasan de la linea roja que separa lo imaginario de lo absurdo, claro.
Hablando de estas dos películas de Shekhar Kapur, en ambos casos se observa la coherencia de la trama. Gran número de los acontecimientos históricos, comprimidos en el tiempo, se presentan ante el espectador en una narrativa fluida y fácil de seguir.
En "Elizabeth", el principal mensaje es bastante claro y consiste en una gran transformación personal que experimenta la protagonista. Pasa de ser una tímida y romántica muchacha, asustada por las intrigas palaciegas, a una mujer hecha y derecha, una perspicaz gobernadora entregada por completo al servicio del pueblo inglés. En cambio, en "Elizabeth: La Edad de Oro" observamos como la Reina Virgen, siendo ya una mujer madura, obsesionada con el poder pero realmente muy oprimida por la soledad, se convierte en un auténtico ídolo para sus súbditos, igual de venerado que inalcanzable.
No quiero profundizar mucho en la verosimilitud de los hechos contados, sobre la cual ya había expresado mi punto de vista. Solo quiero apuntar que el personaje de Felipe II, reconstruido aquí según la tradición anglosajona, raya el ridículo y tacha al monarca español de desequilibrado fanático religioso, que creo que poco tiene que ver con la realidad. Lo mismo sucede no solamente con la personalidad del rey español, sino también con la famosa "derrota" de su Armada Invencible. Los ingleses celebraron una gran victoria que muchos historiadores, con casi total seguridad, atribuyen más a una fuerte tempestad que hundió una parte de la Armada que a la habilidad de los marineros ingleses. La reina Isabel, al contrario del rey Felipe II, es un ejemplo de bondad y honradez. En definitiva, estamos ante una visión histórica un tanto retorcida y muy distinta a la que podemos encontrar en los libros... o hasta en la Wikipedia, vamos.
Ambas películas destacan por la alta calidad de la fotografía y por unos magníficos decorados. Deslumbra el gran trabajo de los maquilladores y los diseñadores del vestuario, que consiguen crear una imagen única y tan característica de la Reina Virgen, que llegamos a conocer por sus retratos de los grandes pintores de la época. Quizás los espléndidos trajes reales en muchas ocasiones eclipsan la propia trama y distraen de lo que sucede en la pantalla, pero siguen siendo un auténtico deleite para los ojos del espectador.
El reparto es muy acertado. Cate Blanchett y Geoffrey Rush, interpretando al principal consejero de la reina Isabel, Francis Walsingham, son como dos titanes que con su magistral actuación sostienen la estructura completa de las dos películas. En cambio, Clive Owen con su papel del pirata Walter Raleigh, un personaje supuestamente muy sanguinario y despiadado, me convence poco.
En cuanto al resto del reparto, me pareció que su potencial artístico se quedó un tanto desaprovechado. La acción se centra en los grandes protagonistas y los demás personajes pasan casi desapercibidos. No obstante, a favor del guionista de "Elizabeth I" y "Elizabeth: The Golden Age", Michael Hirst, habla su otro gran trabajo, la serie televisiva "Los Tudor" (el título original "The Tudors" del 2007), dedicada precisamente a la apasionante vida del padre de Isabel, Enrique VIII, y sus seis consecutivas esposas. En esta producción de gran envergadura, cada personaje es un protagonista, una pieza importante en el caleidoscopio de la vida cortesana.
En resumen, a pesar de todos los inconvenientes, las dos películas merecen la atención del espectador. Podemos darnos el gusto de contemplar a la fantástica Cate Blanchett en todo su esplendor interpretando el papel que le brindó un Óscar.
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"Elizabeth: La Edad de Oro" - Nota de "Sofá y Palomitas": 6 / 10
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