Año y país: 2013, EE.UU.
Género: Drama / Ciencia Ficción
Director: Alfonso Cuarón
Reparto: Sandra Bullock,
George Clooney, Basher Savage, Ed Harris, Phaldut Sharma
Durante una misión a bordo del transbordador espacial norteamericano "Explorer" dos astronautas salen al espacio para hacer una revisión rutinaria del instrumental y reparar el telescopio "Hubble" que había dejado de mandar señales a la Tierra. Una de ellos es Ryan Stone (Sandra Bullock), una brillante doctora para la que es su primera misión en el espacio. Le acompaña Matt Kowalsky (George Clooney), un experimentado astronauta que realiza su último vuelo antes de retirarse.
Mientras Stone y Kowalsky intentan llevar a cabo su maniobra a unos seiscientos kilómetros de la superficie terrestre, un misil ruso se estrella contra un satélite y produce una descontrolada avalancha de basura cósmica que se dirige hacia el "Explorer" arrasándolo todo por el camino.
Tras la colisión con el "Explorer" éste queda completamente destruido y la señal con la Tierra se pierde. Unidos uno al otro por una cinta, Ryan y Matt permanecen flotando en mitad de la nada alejados de los restos de su nave. Rodeados por una densa oscuridad y un "silencio ensordecedor", los únicos supervivientes de la misión han de buscar la manera de salvarse antes de que se les acabe el oxígeno...
Creo que no será una exageración decir que no hay persona mínimamente interesada en las novedades de la industria cinematográfica que no ha escuchado hablar sobre esta gran obra recién estrenada. Su director, el experto cineasta Alfonso Cuarón, es nada menos que el creador de "Hijos de los Hombres" ("Children of Men", 2006) y es el productor de "El espinazo del diablo" (2001) y "El laberinto del Fauno" (2006) entre otras.
Vista desde esta perspectiva, la superproducción de "Gravity" prometía mucho. Como resultado, cumple con unas expectativas, supera otras y, en algunos aspectos, llega a decepcionar.
El argumento en sí es bastante simple y el desenlace se hace predecible en cuanto transcurren los primeros cuarenta minutos de la película. Se trata de una lucha que los seres humanos emprenden para sobrevivir en un inhóspito y frío espacio a centenares de kilómetros del planeta azul para finalmente poder volver a casa. La película se centra en trasmitir el amplio abanico de sensaciones que experimentan al llegar tan lejos y al observar a nuestro mundo desde arriba como solo a los más privilegiados - a los astronautas, - se les permite hacer. Envueltos en la total oscuridad y el más absoluto silencio, los protagonistas se ven obligados a actuar en una situación límite dónde cualquier paso se convierte en una aventura imposible.
No obstante, en mi modesta opinión, los creadores no han explorado lo suficiente el componente dramático del relato, dejando que la película se convierta en un entretenido thriller con elementos de ciencia ficción. De repente los acontecimientos empiezan a suceder muy deprisa, donde la salvación se convierte en un acto casi "mecanizado", una huida a ciegas de la temerosa muerte en la fría eternidad del cielo sembrado de estrellas. Una huida no tan poética, claro.
Es más, aparece uno que otro desliz que no pasa desapercibido en todo este éxtasis universal en el que los espectadores nos vemos sumergidos.
Para empezar, no hay que ser un astronauta ni un ingeniero aeroespacial para darse
cuenta de que las extraordinarias "piruetas" que realiza el personaje de Sandra Bullock
en lo que dura la película obedecen más bien a la desbordante fantasía del
director que a las leyes físicas. La sobrefuerza no humana
que se despierta de repente en la inexperta y algo torpe doctora Ryan convence poco, teniendo en cuenta que ésta además
sufre un ataque de pánico capaz de partirle el corazón en un abrir y cerrar los ojos.
Es más, los creadores ignoraran insistentemente que Ryan Stone, tal y como la pintan, no parece tener ni motivo suficiente ni habilidad necesaria para volverse una superhéroe en un plazo tan corto en el que ni siquiera se le acaban las palomitas al público.
Cuando pensé que ya no había nada más que lamentar, la doctora
Stone decidió quitarse la escafandra. Bueno, bueno, bueno. A pesar de que así se aprecia mejor su estupenda forma física, no me pareció apropiado dejar a una astronauta volar en bragas a estas alturas.
Lo primero que me gustaría preguntarles a los autores es ¿cómo se imaginan ellos a una persona realizar sus primeras necesidades en el espacio abierto sin tener el accesorio imprescindible por debajo de su escafandra, una especie de "pañal" espacial por llamarlo de alguna manera? También hay que recordar que por allí la temperatura no es precisamente como la del mes de agosto por
la Costa del Sol.
En contra de lo que cabía esperar de una producción de esta envergadura del siglo XXI, el mero sentido común ha sido sacrificado en favor de la idea de enseñar algunas curvas femeninas al espectador que
probablemente ya empezaría a perder el interés. Todo lo dicho no le quita el mérito a Sandra Bullock que permanece tan joven y atlética a sus casi cincuenta primaveras.
Lo más destacado y lo mejor trabajado de esta película es, sin duda, su parte visual. Las recreaciones en 3D del espacio y las imágenes de la Tierra que se abren ante nosotros son verdaderamente espectaculares. Los efectos gráficos superan con creces todo lo que se había llevado a la pantalla hasta el momento. Da vértigo observar a nuestra madre Tierra en todo su esplendor desde la inmensidad del cosmos. Abundan las escenas de acción que se desarrollan fuera de la nave espacial que no dejan de producir en el espectador una angustia visceral cada vez que se enfoca el globo terráqueo suspendido en el más absoluto vació. La música de Steven Price es fascinante y magnifica el impacto de las secuencias.
Al mismo tiempo, la tecnología moderna empleada en la creación de "Gravity" ha permitido recrear con total verosimilitud gran cantidad de detalles que acompañan las escenas principales de la película. Algunos objetos que se encuentran en movimiento continuo o unas gotas de agua
flotando en gravedad cero muy a menudo amenazan estrellar contra la cara del espectador y le hacen cerrar los ojos e intentar esquivarlos en su butaca como su fueran reales.
El reparto es acertado. La "chica buena" de la doctora Ryan que encarna Sandra Bullock es seria y responsable, hasta tal punto que es capaz de ponerse a estudiar manuales del manejo de la nave espacial en los minutos más críticos. Matt Kowalsky interpretado por Goerge Clooney, un personaje coqueto y burlón, nos brinda unos momentos de humor que funcionan como válvulas bajando la tensión emocional de la situación que viven los protagonistas.
En definitiva, "Gravity" es una maravilla técnica y visual que se disfruta a lo grande, a pesar de sus lapsus técnicos y su guion un tanto prosaico. Con todos sus pros y contras, es un auténtico deleite visual para todos los que todavía sueñan con ser astronautas.
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