Título original: "Evil Dead" (IV)
Año y país: 2013, EE.UU.
Género: Terror
Director: Fede Álvarez
Reparto: Jane Levy, Shiloh Fernández, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas,
Elizabeth Blackmore
Mía (Jane Levy), su hermano David (Shiloh Fernández) y sus tres amigos llegan a una vieja cabaña ubicada en los bosques de Tennessee, Estados Unidos. Los amigos creen que es un lugar perfecto para que Mía se distraiga del estrés que había sufrido tras fallecer su madre y tras pasar por rehabilitación para dejar las drogas.
Los jóvenes descubren un extraño escondrijo brujeril en el sótano de la cabaña. Uno de ellos, Eric (Lou Taylor Pucci), encuentra allí el Necronomicón, el siniestro Libro de los Muertos. Mientras que el chico se adentra en los macabros ritos expuestos en el tratado, Mía empieza a tener unas terroríficas visiones. Nadie del grupo se da cuenta de que el Mal que aguardaba en el bosque ha resurgido y ya está entre ellos...
En abril vio la luz la cuarta película de la célebre saga de "Posesión Infernal". Hoy reconocida como todo un clásico de terror de los años ochenta, las tres primeras cintas llevan el sello de Sam Raimi quien, entre otras, ha sido el director de la trilogía de "Spider-Man"(2002/2004/2007) y de "Oz: Un mundo de fantasía" ("Oz: The Great and Powerful", 2013). La "Posesión Infernal" de 2013 ha salido de las manos de un director uruguayo, Fede Álvarez, dejando a Raimi la tarea de su producción.
A decir verdad, ésta última parte de la saga se distingue claramente de las tres anteriores películas de Raimi. Por un lado, la cabaña, los jóvenes, el Necronomicón y los zombies siguen en su sitio, recreando una historia que, a grandes rasgos, se asemeja a la original. También podemos disfrutar de las imágenes del recorrido por el bosque maldito que se presentan aquí de la misma manera que empleó Raimi en sus películas. Por otro lado, la cinta carece de detalles que sirvieron de fundamento para enlazar las tres primeras partes de la saga. Tampoco se nos ofrece un desenlace coherente y definitivo para ponerle un punto final a este espeluznante relato. De este modo, podemos ver y opinar sobre la última "Posesión Infernal" sin que hayamos visto las tres primeras películas, como si fuera un largometraje totalmente independiente.
En cuanto a la solución técnica, los modernos efectos visuales se emplean aquí en abundancia. Para el deleite de los amantes de terror más salvaje, las escenas gore inquietan y la sangre sale a borbotones hasta llenar la pantalla por completo en los últimos diez minutos de la película. A pesar de todo esto, la cinta me ha decepcionado.
He de confesar que, por muy buenos que sean la presentación y los efectos, la desbordante violencia sin límite ni sentido común resultan ser un panorama bastante aburrido. Los zombies con cara de la niña de "El Exorcista" y las escenas de amputación de las extremidades, reiteradas ya por enésima vez, sinceramente cansan. Quizás, faltan el genio y la ironía propias de las películas de Raimi para hacer de todo esto un espectáculo realmente entretenido. La curiosa escena de la "reanimación" post mortem de la protagonista sería casi el único curioso detalle por destacar en este sangriento desenfreno. La actuación es apropiada, sin más. Salvo el personaje de Jane Levy, los demás actores parecen no tener oportunidad para mostrar sus habilidades en la interpretación dramática.
En definitiva, la última "Posesión Infernal", tan anhelada por los fans de la saga y anunciada por sus creadores como "la experiencia más aterradora que vas a vivir", en mi opinión, no ha cumplido con dichas espectativas. Es evidente que una buena película de terror siempre necesita algún que otro ingrediente más, aparte de la copiosa lluvia de sangre.
Aquí podéis encontrar el artículo dedicado a las primeras tres películas de la saga "Posesión Infernal".
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